![]() |
CASTELLS evocados por Lionel
Video seleccionada por Martine |
![]() arrozales
del delta del Ebro
(MLG 2003) |
El
barrio de la Ribera de Mar de Barcelona, donde se estaba
construyendo la iglesia en honor de la Virgen María, había crecido como
un suburbio de la Barcelona carolíngia, cercada y fortificada por las
antiguas murallas romanas. En sus inicios fue un simple barrio de
pescadores, descargadores de barcos y todo tipo de gente humilde. Ya
entonces existía allí una pequeña iglesia, llamada Santa María de las
Arenas, emplazada en el lugar donde supuestamente había sido
martirizada santa Eulàlia en el año 303. La pequeña iglesia de Santa
María de las Arenas recibió ese nombre por hallarse edificada
precisamente en las arenas de la playa de Barcelona, pero la misma
sedimentación que había hecho impracticables los puertos de los que
había gozado la ciudad, alejaron la iglesia de los arenales que
configuraban la línea costera hasta hacerle perder su denominación
original. Pasó entonces a llamarse Santa María de la Mar, porque si
bien la costa se alejó de ella, no ocurrió lo mismo con la veneración
de todos los hombres que vivían del mar.
El transcurso del tiempo, que ya había logrado despejar de arenales la pequeña iglesia, obligó también a la ciudad a buscar nuevos terrenos extramuros en los que dar cabida a la incipiente burguesía de Barcelona que ya no podía establecerse en el recinto romano. Y de los tres lindes de Barcelona, la burguesía optó por el oriental, aquel por el que transcurría el tráfico del puerto hasta la ciudad. Allí, en la misma calle de la Mar, se instalaron los plateros; las demás calles recibieron su nombre de los cambistas, algodoneros, carniceros y panaderos, vinateros y queseros, sombrereros, espaderos y multitud de otros artesanos. También se levantó allí una alhóndiga donde se alojaban los mercaderes extranjeros de visita en la ciudad, y se construyó la plaza del Born, a espaldas de Santa María, donde se celebraban justas y torneos. Pero no sólo los ricos artesanos se sintieron atraídos por el nuevo barrio de la Ribera; también muchos nobles se trasladaron allí, de la mano del senescal Guillem Ramon de Monteada, a quien el conde de Barcelona, Ramon Berenguer IV, cedió los terrenos que dieron lugar a la calle que llevaba su nombre, que desembocaba en la plaza del Born, junto a Santa María de la Mar, y en la que se alzaron grandes y lujosos palacios.
La Sombra del viento de Carlos Ruiz Zafónhttp://www.lasombradelviento.net/ v. enlace hacia los escenarios
Todavía
recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a
visitar el Cementerio de los Libros Olvidados. Desgranaban los primeros
días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona
atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre
la Rambla de Santa Mónica
en una guirnalda de cobre líquido.
El juego del Ángel de Carlos Ruiz Zafón
La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza
Las afueras de Luis Goytisolo
Ronda del Guinardó de Juan Marsé
El pintor de Sombras : Esteban Martín
etc....